"Enzo" (El príncipe de sus tierras) Mi nombre es María Luján, tengo 30 años y vivo en Puebla, son Psicóloga de profesión y amante de los animales de corazón. Constantemente rescato perritos de las calles y les busco hogares definitivos.

Hace 8 meses mi vida cambió por completo. Estaba por cumplir un año de casada, y al final de cuentas adaptándome a un nuevo estilo de vida. Salía del médico con las lágrimas rodando por toda mi cara… no eran buenas noticias...

Revisando mis redes sociales me encontré con una publicación que frenó mi llanto, una asociación que se dedica a salvar peludos en situación de calle. El anuncio decía… “Soy un cachorro especial y necesito de mucho cuidado y paciencia, a cambio te doy todo el amor y fidelidad que puedo dar”. De inicio, la foto de ese pequeño me robo el corazón. Para mis adentros me pregunté, ¿Qué tan especial podría ser el cuidado que necesitara un cachorrito? Así que me decidí a preguntar, ¿Por qué, era tan especial?. Me dijeron que era un pequeño que a sus escasos dos meses había sufrido muchísimo. Un demente (porque no hay otro nombre) lo mutiló y corto su patita trasera izquierda, obviamente como no fue un corte quirúrgico lo dejó sumamente lastimado.



La asociación no podía seguir cuidando de él ya que necesitaba cuidados especiales, curar tres veces al día su herida para evitar infecciones o lesiones peores y la población del lugar era demasiada para depositar la atención en un solo cachorrito. Por sus rasgos se notaba que era cruza de Husky con algún tipo de pastor y seguramente sería un perro de talla mediana.  Llevaba ya un mes esperando por alguien que lo adoptara, pero como es bien sabido, la mayoría de las personas prefieren a un perro de “raza”, no un pequeño “mestizo” sin ninguna garantía, y de pilón… sin patita. Al otro día iban a sacrificar al pequeño bebé para que ya no siguiera sufriendo.

Una vocecilla en mi cabeza me grito desesperada “NO LO PUEDES PERMITIR”. No quise pensar en cómo iba a hacer para darle los cuidados necesarios, llevar una casa y atender 2 trabajos. Fui corriendo por él y desde ese día no nos hemos vuelto a separar. En efecto “ES UN PERRO ESPECIAL” no solo por no tener patita, sino porque aún con su discapacidad y las adversidades que pasó cuando nació, me enseña cada día a valorar y disfrutar las pequeñas cosas, que la felicidad está en decidir ser feliz, no importa qué tengas o qué no tengas, siempre hay algo para festejar un nuevo día.



Como su nombre lo dice, en pocos meses “Enzo” se volvió el príncipe de nuestra pequeña familia, con su enorme amor a la vida, se ganó el corazón de mi marido y de todos los que lo conocen. Por desgracia y aunque él no lo entienda, día a día la ausencia de su patita le trae complicaciones que no son nada con las que podría tener al paso de los años. Los médicos nos comentan que por su peso y estatura seguramente tendrá alguna lesión en la columna y cadera.

La opción es hacer una prótesis para mi “Enzo”; la cual consta de un proceso largo y muy costoso que se divide en varias etapas:

En primer lugar hay que hacer una tomografía en 3D de la extremidad en cuestión, hacer una tornillo de titanio a la medida del muñón, mismo, que posteriormente se colocará quirúrgicamente en la extremidad, elaboración de la prótesis, que dos meses después de la colocación del tornillo se probara hasta que quede perfectamente cómoda y funcional para él. Este procedimiento servirá para que “Enzo” pueda llevar una vida normal, pero sobre todo garantizará, que mi pequeño cachorro tenga un mejor estilo de vida.

Mucha gente me felicita por haberlo adoptado aún en “sus condiciones”, no saben que la vida me regalo un tesoro que sin saberlo, me regresó la fe en la vida.  

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